▷Haciendo que nuestra fe crezca

Es Tiempo de Conectar, agosto 10

Haciendo que nuestra fe crezca

“Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás,” encontramos en 2 Tesalonicenses 1:3.

En este pasaje Pablo expresa agradecimiento a Dios porque sus discípulos en Tesalónica estaban creciendo en la fe; así como ellos, todos nosotros también debemos hacer que nuestra fe crezca si queremos alcanzar todo lo que Dios tiene preparado para nosotros.

Así como el ser humano nace, crece y se desarrolla, la vida espiritual también debe tener un proceso de crecimiento y no quedarnos con la misma medida de fe que cuando empezamos, debemos aprender a ejercitar nuestra fe pues la fe es similar a un músculo del cuerpo; si lo ejercitas regularmente este crecerá y se fortalecerá.

El mismo Señor Jesús dijo que la fe es como una semilla de mostaza, que inicia siendo pequeña, pero que puede convertirse en un gran árbol, es por eso que a medida que nuestra vida cristiana avanza, nuestra fe también debe avanzar.

Un hombre que se destacó por la manera cómo hizo crecer su fe fue Abraham ya que por medio de su fe pudo alcanzar las promesas que Dios le había dado; aunque en un principio estas promesas parecían imposibles de que se cumplieran, al final fue conocido como El Padre de la Fe.

Hay un pasaje en particular sobre la vida de Abraham donde él tuvo que estirar su fe al máximo para poder aferrarse a la promesa de Dios. Y fue el momento cuando Dios le pidió que sacrificara a su único hijo Isaac.

Génesis 22:1 dice:

“Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham…”

1. La fe crece cuando es probada.

La fe de Abraham tuvo que ser probada para que pudiera crecer. Dios probó a Abraham en muchas áreas, pero a medida que Abraham iba superando las pruebas, su nivel de fe iba creciendo.

Si queremos que nuestra fe crezca, no debemos temerle a las pruebas, por el contrario debemos entender que Dios a través de las pruebas estira nuestra FE para lograr grandes propósitos. Dios permite que vivamos ciertas circunstancias porque ese será el mismo canal de donde seremos inmensamente bendecidos. En lo que somos probados somos aprobados por Dios.

Génesis 22:1b “… y le dijo: Abraham.Y él respondió: Heme aquí.”

2. La fe crece cuando hablamos con Dios

Abraham fue un hombre que desarrolló una amistad con Dios y su amistad se fortaleció porque supo escuchar la voz de Dios y responder a ella.

La Biblia dice en Romanos 10:17, “Así que la fe es por el oír y el oír por la Palabra de Dios.”

El hombre o la mujer de fe debe ser sensible para oír la voz de Dios y para obedecerla.

Nuestra fe es como una semilla que necesita ser nutrida constantemente con la Palabra de Dios. Cuando yo alimento mi fe con la Palabra, mi fe crece y se fortalece. Por el contrario si yo no alimento mi fe con la Palabra de Dios, esta se empieza a secar.

Cuando leemos y meditamos en la Palabra estamos dejando que Dios nos hable y las palabras de Dios son vida y alimento para nuestro espíritu.

“Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.” Génesis 22:2,3

3. La fe crece cuando somos obedientes.

Abraham vivió muchas experiencias en su vida pero definitivamente este fue uno de los momentos más difíciles para la vida de este hombre. Dios le estaba pidiendo a Abraham que le entregase la promesa por la cual él había esperado cerca de 25 años, a su hijo Isaac.

Obedecer muchas veces no es fácil, no vamos a estar de acuerdo, no nos gusta lo que Dios nos está pidiendo, pero es ahí cuando Dios nos está probando para examinar nuestra obediencia.

La Biblia dice:“Y Abraham se levantó muy de mañana…”Esto nos muestra que la obediencia de Abraham fue inmediata, Abraham no pidió más señales, ni confirmaciones de parte de Dios, Abraham obedeció prontamente.

La obediencia que Dios demanda de nosotros es una obediencia inmediata.

La obediencia y la fe caminan juntas, yo no puedo caminar en fe si primero no camino en obediencia.

Génesis 22: 5 “… y volveremos a vosotros…”

4. Debemos confesar la palabra de fe

Abraham sabía el poder que había en una declaración de fe, por eso le dijo a sus siervos: “volveremos a vosotros.”

Abraham no sabía lo que iba a suceder pero lo que sí sabía es que Dios tenía todo bajo control. Dios tiene tu vida bajo control, y en la vida vamos a vivir situaciones que nosotros no entendemos o nos preguntamos cómo Dios nos va a sacar de esa adversidad pero es ahí donde debemos aprender a declarar nuestra victoria con fe.

Romanos 10:10 dice:

“con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación,” es interesante notar que no basta con creer, debemos confesar.

El creer nos da acceso legal al poder de Dios, pero la confesión activa ese poder a favor de nosotros.

Génesis 22:7-8 dice:

“Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas¿dónde está el cordero para el holocausto?

Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.”

5) La fe crece cuando dependemos de Dios

Isaac seguramente había acompañado otras veces a su padre a ofrecer sacrificios a Dios y es por eso que se dio cuenta que algo faltaba. Su padre traía el cuchillo, el fuego y la leña pero faltaba lo más importante, el cordero que iba a ser ofrecido. Pero Abraham fue un hombre que aprendió a depender de Dios por eso le respondió a su hijo:“…Dios se proveerá de cordero para el holocausto…”

No importa la situación en que te encuentres, aprende a depender de Dios y Él proveerá lo que necesitas para suplir tu necesidad.

Digámosle ahora mismo y repite conmigo:

Mi vida depende de tí y hoy confesaré tus promesas, creeré en tus palabras y me llenaré de fe; voy a obedecer aunque me cueste y mi relación contigo estará más fuerte que antes.

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