Devocional diario abril 15
El Espíritu Santo nos santifica
Ezequiel 36:27
«Pondré mi Espíritu en ustedes para que sigan mis decretos y se aseguren de obedecer mis ordenanzas»
La palabra bíblica “santo” significa “apartado”. Ese es el deseo del Espíritu de Dios para nosotros, apartarnos para Él. ¿Para qué? Para que sigamos sus decretos y nos aseguremos de obedecer sus ordenanzas. Es el Espíritu Santo quien nos guía a vivir en santidad. Para nosotros solos sería imposible vivir en santidad, pero con el Espíritu Santo «todo lo podemos». Según Romanos 8:26 Él «nos ayuda en nuestra debilidad» pues pone en nosotros el querer como el hacer. Nuestra carne nos empujará a una debilidad o a fallarle, pero Su Espíritu nos llevará a vivir de acuerdo con Su Palabra.
No estamos solos, aunque nos sintamos distantes en la batalla del día a día, si nos aferramos a Su Espíritu, ganaremos las batallas diarias.
Juan 14:17
«Me refiero al Espíritu Santo, quien guía a toda la verdad. El mundo no puede recibirlo porque no lo busca ni lo reconoce; pero ustedes sí lo conocen, porque ahora Él vive con ustedes y después estará en ustedes…”
¿Qué debemos anhelar nosotros? Que nuestro cuerpo se convierta en Su templo. Él vivirá con nosotros e irá donde nosotros vayamos. En estos momentos el Espíritu Santo está contigo. Tú sientes que le has fallado mucho, te avergüenzas de acercarte, pero cuando das el primer paso… Él da el siguiente y te cautiva, y terminará atrayéndote hacia Él.
Nadie que permanece en la presencia del Santo Espíritu de Dios deja de ser impregnado de Su santidad. Si Él está en ti, entonces estaremos llenos de Su santidad.
El suelo que pisaba Moisés frente a la zarza que ardía, era suelo santo porque Dios estaba allí. Es decir, Dios estaba presente de una manera muy especial y Su santidad era manifiesta. Cuando estás verdaderamente en la presencia de Dios, Su santidad te impacta de tal manera que necesitas quitar “ese algo de ti”. En el caso de Moisés, fueron las sandalias… ¿Qué necesitarás arrancar tú de tu vida para experimentar Su presencia a plenitud? ¡Quita lo que Dios ya te ha dicho que quites!
No presentarle excusas y quitarlo de tu vida es amputar el pecado de raíz para que puedas sentir la voz de Dios hablándote.
99,9% no es santidad, Él quiere una entrega total… Él quiere un 100% sin ningún matiz de gris en ti.
Por ejemplo, la Palabra de Dios es el agua, pero si yo solo me ducho con agua, no eliminaría las bacterias ni el humor o mal olor de mi cuerpo. Necesito el jabón, que vendría a representar al Espíritu Santo. Con Él muere mi propio aroma (mi yo) y las toxinas, pero si solo paso la barra de jabón una vez sobre mi cuerpo, tampoco quedaría limpio ni haría espuma. Debo recibir primero el agua y luego hacer correr sobre ella el jabón para que haya un cambio en mi ser y así este sea limpio.
¿Si quieres experimentar la presencia del Espíritu Santo tienes que volverte a Su santidad?
2 Corintios 3:18 RVR60
«Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor»
En nuestros encuentros con el Espíritu Santo sufrimos una metamorfosis. Moisés en la zarza, siendo
tartamudo y después de ser iracundo se volvió el hombre más manso… un libertador. Vio los milagros más grandes porque decidió vivir de acuerdo con los mandamientos de Dios, siguiendo la santidad.
El día de hoy tenemos un llamado a la santidad.
1 Pedro 1:15-16
«pero ahora sean santos en todo lo que hagan, tal como Dios, quien los eligió, es santo. Pues las Escrituras dicen: Sean santos, porque yo soy santo”
Vamos a pedirle al Espíritu Santo que nos santifique por completo: espíritu, alma y cuerpo.
Señor, hazme digno de decir, como hizo Pablo, que mi conciencia testifique que me he conducido bien en este mundo, en la santidad y sinceridad que vienen de ti. Hoy renuncio a los caminos que no vienen de ti.
Zig Ziglar se refiere a la diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario… Es ese pequeño extra. Quiero decirte que el Espíritu Santo es el “extra” que tu vida necesita para vivir en santidad. Cuanto más ahondamos en Dios, más se profundiza Él en nosotros.
Proverbios 1:5
“Oirá el sabio, y aumentará el saber”
Así es nuestra vida con el Espíritu Santo… lo cotidiano se convierte en algo fuera de lo común y cosas sobrenaturales comienzan a suceder.