Es Tiempo de Conectar, julio 15

Romanos 8:34 “¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.”

Jesús es tu más grande intercesor.

A veces pensamos que pasamos inadvertidos, que nadie ora por nosotros, que nadie pregunta si estamos bien o mal, cómo nos sentimos, etc. Lo importante es saber que, si pasamos inadvertidos con la gente, con Dios no es así pues dice la Palabra que Él cuida de nosotros.

Romanos 8:26 dice: «Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.»

Tú y yo no sabemos qué pedir, no sabemos qué nos deparará el día, qué nos irá a decir el médico, no sabemos qué respuesta tendremos de la universidad, no sabemos con qué nos saldrá nuestro jefe, pero quiero asegurarte que tu Padre en los cielos tiene al más grande intercesor por ti el cual es su Espíritu Santo.

Es valioso que en nuestras iglesias se hagan cadenas de oración y de intercesión, pero ¡Qué mejor que tener al mismo Jesús orando por nuestras necesidades y fortaleciéndonos en nuestras debilidades!

Jesús está orando por ti, está intercediendo por tu familia, por tu trabajo, por tus sueños, por tu salud y por tu vida. Y no lo hace con oracioncitas débiles que no trascienden ni el techo. Dice la Escritura que el Espíritu Santo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

Gemido es más que clamar, es expresar con sonido y voz lastimera la pena y dolor que aflige el corazón.

Interceder es “rogar, abogar, interponerse o mediar por otro para que obtenga una gracia, en otras palabras, librarlo de un mal.”

¿Estás afligido? El Espíritu Santo está orando por ti, orando por tu corazón; no te dejes vencer por la enfermedad, tu Dios intercesor ora por ti.

¿Sientes que tu carga es demasiado grande? Déjalo todo en las manos del Espíritu Santo y déjalo orar a través de sus gemidos por ti. Es Dios orando a Dios.

1 Pedro 4:19 “De modo que, si sufren de la manera que agrada a Dios, sigan haciendo lo correcto y confíenle su vida a Dios, quien los creó, pues él nunca les fallará.”

Tu vida está cubierta continuamente en oración.

Quizás puedes sentirte solo, aislado y aún tener pensamientos atormentadores, piensas que nadie se interesa realmente en ti, pero, ocurre lo opuesto. El Espíritu Santo habla continuamente al Padre acerca de tus necesidades y de tus deseos.

Mientras duermes…Él ora por ti.
Mientras trabajas…. Él ora por ti.
Cuando sientes dudas…Él ora por ti.

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