Es Tiempo de Conectar, agosto 27
Obteniendo las promesas de Dios
“Así que el faraón le informó a José: Mira, yo te pongo a cargo de todo el territorio de Egipto.
De inmediato, el faraón se quitó el anillo oficial y se lo puso a José. Hizo que lo vistieran con ropas de lino fino, y que le pusieran un collar de oro en el cuello.
Después lo invitó a subirse al carro reservado para el segundo en autoridad, y ordenó que gritaran: «¡Abran paso!» Fue así como el faraón puso a José al frente de todo el territorio de Egipto.
Entonces el faraón le dijo:
—Yo soy el faraón, pero nadie en todo Egipto podrá hacer nada sin tu permiso.
Y le cambió el nombre a José, y lo llamó Zafnat Panea; además, le dio por esposa a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de la ciudad de On. De este modo quedó José a cargo de Egipto.
Tenía treinta años cuando comenzó a trabajar al servicio del faraón, rey de Egipto.
Tan pronto como se retiró José de la presencia del faraón, se dedicó a recorrer todo el territorio de Egipto.” Génesis 41: 41-46
Dios le dijo a José, vas a iniciar una nueva temporada en tu vida, ya no vas a pasar el tiempo en vano, lo mejor de tu vida está a punto de comenzar.
Serás puesto a cargo de algo muy grande, es decir no tienes ni idea de tu capacidad, ahora comienza a trabajar y a servir de acuerdo con tu propósito, para lo que fuiste creado y darás mucho fruto.
Un anillo oficial será puesto en tu vida, el favor de Dios brillará sobre ti, dándote autoridad, no importa si no la tienes en forma física, en una forma espiritual Dios está colocando su anillo y nuevas vestiduras sobre ti.
Antes nos tocaba rogar para ser invitados, ser considerados y tocaba hacer muchas cosas para sobresalir; ahora las cosas cambian porque ya hay una reserva a tu nombre lo cual quiere decir que Dios asignó un puesto para ti, eres su invitado de honor, y nadie puede tomar tu puesto porque la misión está asignada y lleva tu huella digital, el Dios que abre caminos, esta vez te dice: estoy abriendo el paso para que recibas todo lo que tengo para ti.
Zafnat Panea significa en hebreo, revelador de cosas escondidas o revelador de secretos, ¿te imaginas ir caminando por el mundo como un revelador? Dios es un Dios de revelación y la comparte contigo, su sabiduría está sobre tu vida para guiarte y para enseñarte y también significa que Dios habla y vive.
¿Qué hizo que José alcanzara todas estas promesas?
2 Pedro 1:3-4 dice:
“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.”
Una Vida de Santidad.
Si queremos heredar las promesas de Dios necesitamos renunciar a la vida de pecado.
La expresión “habiendo huido” está en pasado, entonces debemos huir del pecado si queremos heredar las promesas que Dios tiene para nosotros pues el pecado roba nuestras promesas.
José fue un hombre que a pesar de todas las tentaciones y presiones supo huir del pecado y se aferró a sus promesas.
Yo he conocido muchas personas con grandes promesas, con grandes palabras proféticas sobre sus vidas, pero cedieron a las tentaciones y perdieron sus promesas y toda la bendición que Dios tenía para sus vidas.
Mientras más cerca está la promesa, más tentaciones y pruebas recibimos, pero es también donde más firmes debemos estar.
Romanos 4:20-21 “Ante la promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido.”
Las promesas se conquistan por fe.
José fue un hombre que recibió las grandes promesas de Dios por fe.
La duda o la incredulidad quieren robarnos las promesas, pero es ahí donde yo más aferrado debo estar de mi promesa. Nunca te fijes en las circunstancias sino fíjate en la promesa que Dios tiene para ti, así esté pasando por situaciones difíciles y pienses que ya no puedes más.
Cree en sus promesas, mírate viviendo tu promesa, y camina hacia ella.
Hechos 7:17 “Cuando ya se acercaba el tiempo de que se cumpliera la promesa que Dios le había hecho a Abraham, el pueblo crecía y se multiplicaba en Egipto.”
Aprender a esperar en tu promesa.
Abraham, “el padre de la fe,” tuvo que esperar un tiempo para que la promesa se hiciera realidad en su vida. Nosotros debemos también aprender a esperar el tiempo de nuestra promesa.
Hay promesas que son a corto, mediano y largo plazo, pero todas las promesas tienen un tiempo de maduración.
Dios siembra la promesa en nuestro corazón pero la promesa, o sea la semilla da fruto en su tiempo.
Mucha gente pierde sus promesas porque simplemente no están dispuestos a esperar.
Mi consejo es, vive una vida de integridad, como José, espera las promesas de Dios y no dudes que Él las cumplirá, pero tienes qué conquistarlas por fe.
Si esta reflexión ha hablado a tu vida, déjanos tu comentario, comparte con otros y suscríbete al canal. Dios te bendiga