Devocional 021 julio

Es Tiempo de Conectar, julio 021

Las encrucijadas de la vida

«Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas.» Proverbios 3:5–6
A lo largo de la vida nos encontramos tomando decisiones, algunas son simples, otras son tan trascendentales y estratégicas que cambian el rumbo de todo y llegan momentos donde nos encontramos frente a lo que podríamos llamar una encrucijada:

¿Sigo este camino o el otro? ¿Digo que sí o que no? ¿Me quedo o me voy? ¿Contrato a esta persona, despido a otra? ¿Tiro la toalla en una relación? ¿Cómo sé que la persona que he elegido para casarme es la correcta? ¿A quien escucho en medio de tanto ruido? ¿Hago esta inversión o dejo el dinero “debajo de la almohada”?

Las decisiones importantes nos confrontan con el peso de lo que está en juego y, muchas veces, con el temor de equivocarnos.

En esos momentos, tendemos a:
No hacer nada paralizados por el miedo y la incertidumbre.
Seguir lo que dice mi experiencia.
Tomar decisiones sin orar y consultar con Dios.

Cuando Nehemías escuchó sobre la situación en la que se encontraba Jerusalén, sintió tanta carga que se sentó a llorar por su pueblo, oró y ayunó y después tomó la decisión de solicitar al rey licencia para ausentarse de su trabajo por un tiempo.

Nehemías tomó decisiones con base al futuro de su pueblo y no de su propia agenda o sus propios intereses, es más, arriesgó su posición privilegiada por ocuparse de algo que estaba ocurriendo a 800 km de distancia.

Jesús nos dice en Mateo 6:33 que “Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.”
Nos ayuda mucho que antes de tomar una decisión, evaluemos nuestras motivaciones.

“Y ahora, amados…concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza.” Fil. 4:8

buscar la sabiduría divina antes que depender de nuestros propios instintos es un sabio consejo que nos da el Rey Salomón en Proverbios 3:5–6 a quien cito al comienzo.

Nos recuerda que no debemos apoyarnos en nuestra prudencia. Esto no significa que ignoremos nuestro razonamiento o que actuemos sin pensar, sino que reconozcamos que nuestro entendimiento es limitado, que no alcanzamos a verlo todo y que no sabemos lo que viene mañana.

Al enfrentar decisiones, es importante evaluar bien lo positivo y lo negativo. Qué tanto una decisión me acerca al cumplimiento de mis metas.

Dios sí sabe todo, Dios conoce nuestro futuro y nos protege de equivocarnos, por eso, el llamado es claro: confía en Él con todo tu corazón.

Confiar en Dios en las decisiones no es simplemente orar para que las cosas salgan bien, sino involucrarlo desde el principio y preguntarle:

Señor, ¿esto te honra?
¿Esta decisión me aleja o me acerca a Ti?
¿Qué dice tu Palabra al respecto?

“Encomienda tu camino al Señor, confía en él y él actuará.” Salmo 37:5.

¿Qué significa «encomendar tu camino al Señor»?
Encuentro que la palabra encomendar viene del hebreo galal, que literalmente significa «enrollar» o «trasladar el peso de algo». La imagen que transmite es la de poner algo pesado sobre otro que puede cargarlo. En este contexto, se refiere a entregarle a Dios tu vida, tus decisiones, tus preocupaciones, tus planes y tu futuro.

No es solo contarle a Dios lo que piensas hacer. Es decirle: “Señor, aquí está mi camino, lo pongo en tus manos. Tú dirige, tú guía, tú cambia lo que tengas que cambiar.”

En otras palabras, encomendar implica:
Entregar el control: Reconocer que Dios sabe mejor que nosotros lo que conviene.
Renunciar al afán: Liberarnos del peso de querer resolverlo todo en nuestras fuerzas.

Aceptar su voluntad: Aunque no siempre sea lo que esperábamos.

Y luego dice: “confía en Él, y Él actuará.” Esto significa que cuando le entregamos a Dios nuestros caminos con fe, Él se involucra activamente. Tal vez no siempre de la manera o en el tiempo que esperamos, pero sí con fidelidad, sabiduría y poder. Dios no es indiferente a lo que le confiamos. ¡Él obra!

Jesús también nos enseñó a calcular el costo (Lucas 14:28). Pensar con sabiduría no es falta de fe; es una expresión de madurez espiritual. No todo lo que parece bueno lo es. No todo lo que es fácil conviene. 

Por eso, la oración, el consejo sabio y la guía de la Palabra deben ser nuestros pilares cuando tomamos decisiones.

Tres preguntas claves para terminar:
¿Estoy tomando decisiones por impulso o con dirección divina?
¿He buscado el rostro de Dios antes de actuar, o le pido que bendiga lo que ya decidí?

¿Estoy dispuesto a esperar hasta tener paz en mi corazón?
“Apártate del mal y haz el bien. Busca la paz y esfuérzate por mantenerla. Los ojos del Señor están sobre los que hacen lo bueno, y sus oídos están abiertos a sus oraciones.” 1 Pedro 3:11.

Memoriza esto que acabo de leer, enséñalo a tu familia, y sigue este consejo que te puede salvar de muchas cosas malucas.

Oración:
Señor, tú conoces todos mis caminos. Tú ves lo que yo no veo. En este tiempo de decisiones, no quiero depender solo de mi lógica o mis emociones. Enséñame a confiar plenamente en ti, a reconocer tu voz y a buscar tu voluntad. 

Dame sabiduría, claridad y paz. Que mis decisiones reflejen tu carácter y glorifiquen tu nombre. Amén.

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Creado y narrado por Juan Bravo. producido por Conectar Global

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