▷¿Conversamos, Dios?

Es Tiempo de Conectar, febrero 04

¿Conversamos, Dios?

Muchas personas me preguntan:

¿De qué manera nos habla Dios?

¿Existe alguna página web a donde pueda darle click?
¿Hay algún locutorio en el que me pueda encontrar con Él?
¿Está en una sola iglesia?
¿O por qué tengo que ir a la iglesia para encontrarme con Dios?
¿Acaso debo salir con una antena en mi cabeza para entrar en contacto con Él?
¿A lo mejor debo escoger en mi televisor un canal específico?

Todos queremos oír a Dios.

¿Habla con voz audible?
¿Su voz es ronca?
¿Viene en la noche y me susurra al oído?
¿Me puede hablar por medio de un animal o escribiendo en la pared como lo hizo en los tiempos de Daniel?

Lo que realmente sucede es que no comprendemos que Dios nos habla desde el momento en que nacemos y que lo continúa haciendo.

El más grande placer de Dios es tener contacto con nosotros y hablarnos. Fíjate que no estoy diciendo rezar sino conversar. ¡Rezar no, porque rezar es repetir una frase sin sentirla.

Lo que debemos hacer es conversar cada día con Él y no olvidarnos de añadirlo a nuestros contactos como uno de nuestros Favoritos.

Él es tan maravilloso que nos dice en su Palabra: “… les responderé antes que me llamen. Cuando aún estén hablando de lo que necesiten, ¡me adelantaré y responderé a sus oraciones!” Isaías 65:24 NTV.

¡Qué tanto cuidado y cuánto nos ama Dios que responde incluso antes que nosotros lo llamemos!

Responde a nuestras oraciones y nos habla a través de su Palabra. También lo hace por medio de pensamientos, ideas o visiones, nos habla a través de letreros por las calles, a través de tus padres, de tus pastores, de tus amigos…

Él utiliza millones de métodos creativos para estar conectado contigo, incluso este devocional que estás leyendo o escuchando ya estaba dentro de sus planes. Ahora, si no alcanzas a oir Su voz con claridad, puedes pedirle que quite todo obstáculo en tu vida que impide que le escuches con claridad.
No necesitas consultar a los muertos ni ir donde adivinos para que otros te declaren tu futuro porque,

“El Señor está cerca de todos los que lo invocan, sí, de todos los que lo invocan en verdad. Él concede los deseos de los que le temen; oye sus gritos de auxilio y los rescata.” Salmo 145:18 NTV.

Dios responde nuestras llamadas de auxilio, aunque no lo creas mucho más rápido que el 911.

Él está atento a tus gritos de auxilio las 24 horas del día… los 7 días de la semana, en las madrugadas o en horas inoportunas. Recuerda que no es tu almohada la única que sabe de tus lágrimas pues Él te mira mientras duermes y siempre está dispuesto a rescatarte, sin importar cuán profundo sea el hoyo en el que estés metido.

Lo malo es que nosotros hemos dejado de estar en línea y de escuchar a Dios cada día. Creemos que por el simple hecho de colocar nuestro dedo en la Biblia y al azar decir, esta será la palabra que hoy sustente mi día, es suficiente. Otros van de reunión en reunión, pidiendo a otras personas que oren por ellos en relación a su futuro.

Yo prefiero mil veces que Dios me hable en mi casa a solas a que delante de todos, porque recuerden que Dios usó a los profetas para hablarle al pueblo terco y no creo que quieras estar en el grupo de los necios.

“Pero este es el nuevo pacto que haré con ustedes – dice el Señor- Pondré mis instrucciones en lo más profundo de ellos y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo” Jeremías 31:33 NTV.

Dios está dispuesto a escribirte día a día, Dios está dispuesto a tomarse un café contigo cada mañana. A mí me dice muchas cosas, ¿A tí qué te dice?

Te animo a que converses con Él, mientras más pronto, mejor.

Que nuestro primer suspiro sea para Él, que al despertarnos cada mañana, lo primero que hagamos sea conversar con Dios… Es tiempo de buscar razones para estar en línea con Él. Cada vez que converso con Dios una paz me invade, me lleno de esperanza, salgo diferente, se va el stress y no puedo estar deprimido porque su voz me infunde el aliento que necesito para seguir.

Mi consejo para ti hoy y siempre es: «Convérsale, cuéntale todo, no te quedes con nada, haz de Dios tu mejor amigo.»

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