Es Tiempo de Conectar, febrero 28
Vuelve en amistad con Dios
Alguno de ustedes que nos sigue en YouTube, Spotify o por WhatsApp necesita volverse a Dios ya que no lo sientes como antes, te sientes solo, piensas que estás caminando solo, estás cansado y sientes que no tienes fuerzas para continuar, mejor dicho quieres tirar la toalla, te sientes como un barco sin timón que va a la deriva y por más que has tratado de levantarte, has vuelto a caer. Dejaste de escucharlo y de disfrutar el pasar tiempo con Él, amabas la oración y practicar las disciplinas espirituales pero algo ha pasado y te has secado espiritualmente, te has apagado.
Eso mismo sintió David y dijo: «Vuélvete hacia mí y contéstame, ¡oh Señor, mi Dios! Devuélvele el brillo a mis ojos o moriré.» (Salmo 13:3 NTV).
¿El brillo de tus ojos? Lo que caracteriza a una persona que camina de cerca con Dios, que camina en pureza y que como resultado expresa amor a los que le rodean, esa persona brilla.
Él nos creó para amarnos pero cometemos el grave error de eliminarlo de nuestra lista, de bloquearlo y reemplazarlo por otros dioses y quiero recordarte que Su plan nunca fue así porque desde el principio era Él quien caminaba con Adán y Eva, se divertía conversando con ellos, les enseñaba, se parecían a Él y ellos disfrutaban caminar a Su lado por el jardín del Edén pero hoy… lejos quedaron las noches donde esperabas que todos duerman para orar y adorar a tu Dios.
Te pregunto, ¿A dónde se fue ese primer amor, esa pasión por Dios? ¿Por qué se sentiría tan mal David, tan mal que sentía que espiritualmente estaba muriendo?
Cuando dejas que esa llama de amor se apague, estás muriendo.
Cuando no estás cerca del que vino a traer vida, estás muriendo.
Cuando no le hablas por meses, estás muriendo.
Cuando sabes que el brillo de tus ojos se está apagando y no haces nada para avivarlo, nuevamente estás muriendo.
Cuando dejaste de escuchar en tu interior que eras suyo, estás muriendo.
Cuando quedan sombras de tu ministerio pero no un avivamiento, estás muriendo.
¿Hace cuánto que no tienes un encuentro con Dios en Su jardín, en la cámara especial, en esa habitación a la que nos lleva cuando quiere estar a solas con nosotros?
¿Hace cuánto no se escucha tu voz en los cielos?
Bueno, esa voz es la que Dios extraña y está esperando… Entonces, ¿por qué no volver?
¿Por qué no vuelves a correr a Su presencia y le dices: «Atráeme a ti, no me dejes ir… Abrázame tan fuerte como abrazó el padre a su hijo pródigo.
La presencia de Dios vendrá cada vez que decidas buscarlo y te va a enseñar «cosas grandes y ocultas que tú no conoces.» (Jeremías 33:3).
Decide volver, Dios no te condena… Él está con los brazos extendidos esperando y todos estos días que has estado lejos de Él, han hecho que crezca más su amor por ti. Por eso, mi consejo es: «Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien.» (Job 22:21 RVR60).
Vuelve a acercarte a Dios, vuelve a tu lugar secreto, vuelve a los brazos de un Dios amoroso, vuelve al único que dio su vida por ti, a Jesús, vuelve a enamorarte de la Biblia, vuelve a orar, a escucharlo y a obedecer.
Vuelve a Su perfecta voluntad.
Te desafío VOLVERTE a Dios todos los días del año.
Comienza hoy sin importar dónde te encuentres, siempre habrá un CAMINO para volver a Él.
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