Devocional 019 septiembre

Es Tiempo de Conectar, septiembre 019

El Todo Poderoso cambia pasados.

Ahora que Jacob había regresado de Padan-Aram, Dios se le apareció de nuevo en Betel y Dios lo bendijo diciéndole: «Tu nombre es Jacob, pero ya no te llamarás Jacob, a partir de ahora tu nombre será Israel.» Así que Dios le cambió el nombre y lo llamó Israel.

Entonces dijo Dios: «Yo soy el Shaddai, Dios Todopoderoso. Sé fructífero y multiplícate, llegarás a formar una gran nación, incluso de ti saldrán muchas naciones. Ahora, reyes entre tus descendientes y te entregaré la tierra que les di a Abraham y a Isaac. Así es, te la daré a ti y a tus descendientes.» Luego Dios descendió desde el lugar donde le había hablado a Jacob. Génesis 35, 9 al 13.

La Biblia nos dice que Dios se le apareció de nuevo y lo bendijo. Nuestros encuentros con Dios no deben ser esporádicos, deben ser constantes. Pues ayer pudimos haber gozado de la presencia de Dios, pero hoy Él quiere volver a revelarse a nuestra vida para bendecirnos. El deseo de Dios es aparecer de nuevo para hablar a nuestro corazón. Cuando Dios nos habla de nuevo, todo cambia. Él nos ministra de nuevo, nos sana las nuevas heridas, nos fortalece lo cansados que estamos y nos bendice. Nunca más somos los mismos después de habernos encontrado con Dios.

Jacob significa «el suplantador». Durante toda su vida vivió engañando a todos para poder salir adelante. Tenía muchas máscaras detrás de las cuales se ocultaba y un pasado que lo atormentaba. Es por eso que Dios tenía que cambiarle el nombre por Israel, que significa «príncipe con Dios», para que pudiera conocerlo como el Todopoderoso. Con el cambio de nombre de Jacob, el pasado ya no tenía su antigua influencia.

¿Estás cansado de vivir una mentira? ¿Ya no aguantas más maltrato? ¿Te aburriste de ser herido constantemente? Llegó el momento de un encuentro con Dios y ser llamados, sus príncipes y princesas. Es tiempo de dejar atrás todo lo que nos avergüenza y tomar la nueva oportunidad que Dios Todopoderoso nos da hoy. No podemos consumir el futuro que Dios tiene para nosotros alimentándonos del pasado. Mientras más miremos hacia atrás, menos podemos ver hacia adelante. No dejemos que el pasado afecte lo que Dios puede hacer por nosotros hoy. Para tener un encuentro con ese Dios Todopoderoso, hay pasos que necesitamos dar primero.

Entonces Jacob dijo a su familia y a quienes lo acompañaban: «Deságanse de todos los dioses extraños que tengan con ustedes. Purifíquense y cámbiense de ropa. Vámonos a Betel, allí construiré un altar al Dios que me socorrió cuando yo estaba en peligro y que me ha acompañado en mi camino.» Génesis 35, 2 al 3.

Jacob determinó con su familia creer en un Dios Todopoderoso. Lo primero que hizo fue quitar de su vida todo lo que lo alejaba de la santidad. Tú sabes qué es aquello que está impidiendo vivir una vida para Dios. Quizás son amistades, costumbres, tradiciones, adicciones, falta de perdonar, etc. Jacob dijo: «me voy a purificar de eso y voy a cambiarme de ropa.» No busques más excusas para no obedecer a Dios. Busca motivos para agradarle.

Segundo, Jacob le construyó un altar a Dios. Es decir, hizo un espacio para Dios en su propia vida y fue agradecido con Dios cuando dijo: «no me voy a olvidar que el Todopoderoso estuvo conmigo y me ha acompañado en este camino.»

Siempre tu pasado será el inicio de un nuevo comienzo. Dios es un Dios tan poderoso que tiene el poder de borrar tu pasado y darte un futuro diferente. «Pero su arco se mantuvo firme porque sus brazos son fuertes. Gracias al Dios fuerte de Jacob, al pastor y roca de Israel. Gracias al Dios de tu padre que te ayuda. Gracias al Todopoderoso que te bendice con bendiciones de lo alto, con bendiciones del abismo, con bendiciones de los pechos y del seno materno.» Lo encontramos en Génesis 49, 24 y 25.

Jacob terminó su vida siendo fortalecido por Dios. Terminó siendo llamado pastor y roca de Israel. Recibió ayuda divina. Bendiciones de todo lugar. Cada día tenemos que enfrentarnos a situaciones difíciles, a personas que son más fuertes que nosotros, pero hay algo que debemos recordar: Dios es más grande y es el Todopoderoso quien va adelante de nosotros. Así que no es en mis fuerzas, sino en las de Él. Por ello nuestro futuro está en sus manos. El Salmo 46:7 dice: «El Señor Todopoderoso está con nosotros. Nuestro refugio es el Dios de Jacob.»

Si Dios se presentó a Jacob como el Todopoderoso, ¿por qué no lo haría contigo y conmigo? Confía.

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