Es Tiempo de Conectar, febrero 016

“»Yo sé todo lo que haces, que no eres ni frío ni caliente. ¡Cómo quisiera que fueras lo uno o lo otro!; pero ya que eres tibio, ni frío ni caliente, ¡te escupiré de mi boca! Tú dices: “Soy rico, tengo todo lo que quiero, ¡no necesito nada!”. Y no te das cuenta de que eres un infeliz y un miserable; eres pobre, ciego y estás desnudo.” Apocalipsis 3:15-17

Tuve la oportunidad de visitar las Siete Iglesias del Apocalipsis ubicadas en Turquía. La ciudad de Laodicea fue un gran centro bancario y financiero, una de las ciudades más ricas del mundo antiguo. Cuando Laodicea fue destruida por un terremoto en el año 60 d. C., rechazaron la ayuda del imperio romano y reconstruyeron la ciudad con sus propios recursos..

A diferencia de otros pueblos de montaña que tenían arroyos de agua fría o de la cercana Hierápolis que tenía acceso a fuentes termales, Laodicea no tenía suministro de agua propio. El agua tenía que ser transportada por tuberías a través de acueductos. Cuando llegaba, el agua estaba tibia y llena de sedimentos.

Dios detesta la ambigüedad, y quiere que nuestra fe sea una fe claramente definida, que sea fría o que sea caliente, pero no tibia.

Aquellos que piensan que basta con creer en Jesús, y que no hay necesidad de ir a la iglesia o hacer buenas obras, algunos hasta piensan que Jesús no es el único Salvador, que la Biblia es un libro más, y que la salvación puede ser encontrada también en otras religiones como el budismo, el Islam, en la Nueva Era, etc.

La falta de una fe bíblica, basada en la Palabra ayuda a no tener una mezcla de muchas influencias espirituales que vemos por todo América Latina.

Adriana y yo hemos sido invitados a varios matrimonios de conocidos nuestros donde se le rinde culto a la naturaleza y son sacerdotisas las que hacen el rito matrimonial.

Jesús no se prestó para que sus seguidores fueran tibios. Dijo:

“Yo soy el camino, la verdad y la vida.” Juan 14:6.
“Yo soy la puerta.¨ Juan 10:9
“Entren por la puerta estrecha.” Mateo 7:13
“Yo Soy.” Juan 8:58.
“Yo soy el pan de vida.” Juan 6:35

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