Devocional diario noviembre 03
Dios te ha llamado
No eres sólo uno más en esta tierra, ni existes por pura casualidad. Algo dentro de ti te dice que Dios tiene un plan maravilloso con tu vida, es decir, Él te creó con un propósito.
Naciste de milagro y quedaste campeón en la primera carrera de la vida.
Isaías 42:6 “Yo, el Señor, te he llamado en justicia; te he tomado de la mano. Yo te formé, yo te constituí como pacto para el pueblo, como luz para las naciones.”
Somos llamados por Dios mismo. ¿Qué es un llamado? Es la voluntad de Dios para nuestras vidas.
El apóstol Pablo nos dice en Efesios 2:10, «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.»
Dios nos preparó para este tiempo, y fuimos creados de antemano para cumplir con una misión. ¡Debes estar seguro de esto!
Dios te creó y desde el mismo vientre de tu madre tenía un llamado para ti.
Quizá aún no sabes para qué estás en esta tierra, pero Dios tiene un plan contigo.
Hechos 13:2 «Ministrando éstos al Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.»
Fue el mismo Dios quien dijo que apartaran a Pablo y Bernabé para una gran obra, para un llamado especial.
Cuando Dios te llama, te separa para un tiempo especial.
Podrás decir, llevo años de preparación y nada. Dios no me usa, no siento que tenga un llamado. (Me siento como en una repisa). Sin embargo, todo llamado tiene su tiempo y tiene su hora.
Quizá seas de los que Dios llamó a la hora undécima como en Mateo 20 cuando Dios va llamando obreros para que trabajen para Él, a unos los llama desde muy temprano, y a otros a la hora undécima, ya casi al final, pero quiero que sepas que cuando Dios llama, es para algo grande y especial.
Dios es el dueño de la viña, y tú eres ese obrero, ya has pasado muchas horas en la repisa.
Dios ve tu fidelidad y de Él viene tu recompensa. ¡Quizá otros fueron bendecidos primero, pero el siguiente en la lista eres tú! –> no importa si otros no creen en ti, Dios sí cree en ti y Él te llama aún cuando pasas inadvertido para los demás.
Romanos 8: 28-30 dice, “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a Su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó, y a los que justificó; a éstos también glorificó.”
Todos los que somos predestinados somos llamados, y los que somos llamados somos justificados y glorificados. ¡Tú destino es darle gloria a Dios con tu vida!
A veces pensamos que el llamado de Dios es para otros, que es para cuando estemos mayores, o sólo para uno que otro escogido, pero ninguno de nosotros ha sido creado para ser un relleno, sino para ser parte importante de la obra de Dios en esta tierra. Fuimos creados con un propósito y a donde quiera que estés, «tu llamado te va a alcanzar.”
Aún así hayas tratado de alejarte de Dios, olvidarte de Él, ignorar el llamado o hacerte el sordo, Romanos 11:29 nos dice que irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.
Es decir que estoy marcado para servirle, su llamado es «irrevocable,» «no es negociable.»
No lo podemos dejar, como sea, Él nos vuelve a atraer a su llamado.
2 Pedro 1:3 , «Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia.»
La versión, Nueva Traducción Viviente dice, “Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y potencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda.”
Dios nos ha llamado para estar en su gloria, para experimentar su presencia. No necesitamos ser perfectos para tener un llamado de parte de Dios.
Ya contamos con todo lo necesario para vivir una vida que le agrade.
Él llamó a lo débil y escogió a lo menospreciado del mundo para avergonzar a los sabios.
«Bástate mi gracia» te dice.
Todo lo que necesitas está ya depositado dentro de ti aún desde antes de que fueras concebido en el vientre de tu madre, así que no huyas del llamado de Dios como lo hizo Jonás.
No digas que eres muy jóven, «Dios te está llamando» como a Jeremías que lo llamó siendo jóven.
Preséntate con humildad a Dios y pregúntale ¿En qué quieres que te sirva? ¡Quiero estar disponible para ti!
Haz una evaluación de aquello que te gusta hacer, pregúntale a otros en qué eres bueno.
Pon todos tus dones y talentos al servicio de Dios y verás cómo irás de camino hacia él con pasos agigantados de éxito.